martes, 29 de mayo de 2007

Los secretos de Wang para una vida longeva

Cuando hace algunos años visité la República China, esta estaba empezando a abrirse al turismo. De hecho en las ciudades que visité, unas ocho desde Beijing hasta Hongkong, aparecían en todas unos grandes carteles que proclamaban "Tourism for development, tourism for friendship"que indicaban sus deseos de fomentarlo.
En este viaje en el que cogimos trece aviones, varios trenes y uno que otro barco, gozamos de experiencias tan inolvidables como recorrer un trozo de la Gran Muralla, asombrarnos con el ejército de terracota de Quin Shi Huang en la ciudad de Xiam, navegar entre nenúfares en el Lago del Oeste de Hangshou, o bajar el río Li, en Guilin, que discurre entre colinas calcáreas que ofrecen formas sorprendentes que recuerdan un caballo, un camello una pagoda...
Pero no es de esto de lo que quiero hablar sino de nuestro guía en Shangai, que como todos los guías locales nos estaba esperando en el aeropuerto.
Desde que salimos de Beijing nos acompañaba el "Sr Li", una especie de representante del gobierno cuya única misión debía ser la de vigilarnos y se limitaba a permanecer en el autobús sin ningún otro cometido ya que cuando llegábamos a una ciudad enseguida aparecía el guía local que sería el encargado de llevarnos a las visitas programadas y ofrecernos las oportunas explicaciones.
El de Shangai se llamaba Wang y fue con mucho el más amable de todos desviviéndose por sernos útil y dándonos toda clase de informaciones. Su español aprendido en México abundaba en expresiones como "ahorita", "lueguito" o "andelé" que aplicaba vinieran o no a cuento.
A veces alguna incorrección de lenguaje nos hacía sonreir como cuando nos hablaba de "los putas de jade" por los "budas de..."
Durante los trayectos que a veces se hacían pesados por el intenso tráfico, muy distinto del pausado de Beijing, nos entretenía contándonos historias y tradiciones chinas y un día nos ofreció estos diez secretos para conseguir una larga vida. Son estos:
-Reir con frecuencia y a carcajadas
-No enfadarse
-No fumar ni beber alcohol
-Hacer comida vegetariana
-Conservar la armonía familiar
-La vida es movimiento. Hacer gimnasia
-Combinar el trabajo con el descanso
-Oír música con frecuencia
-Lavarse los pies antes de acostarse con agua caliente
-Disfrutar del sexo con moderación
Este último secreto hacía asomar a la cara de Wang una sonrisa picarona que acentuaba aún mas la oblicuidad de sus ojillos.
Aunque este decálogo nos pareció de una gran simplicidad Wang nos aseguró que surtía efecto.
Contaría muchas otras cosas de este simpático chino que cuando se despidió de nosotros y vio que en el informe que nos pidió que cubriéramos sobre su actuación, todo el mundo había puesto "excelente"no sabía como darnos las gracias asegurándonos que eso suponía un estímulo para su trabajo.

No hay comentarios: